Me encanta cuando a veces les da por lanzarse a la piscina, mandar sus pensamientos rígidos al garete, y la forma de dejarse llevar de algunos. Sin embargo, da mucha pena, cuando se dan cuenta de que la realidad es otra, y se olvidan de lo que luego puede llegar a pasarles factura. Podría decirse que en ocasiones dejarse llevar suena demasiado bien, pero en la práctica, los momentos de gloria duran pocos momentos. Horas, días, incluso instantes.
No es tanto huir de lo que somos, sino intentar hacer de lo que somos algo más flexible, y poder empezar de cero.
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