Pequeños trazos de una estación sobrevalorada. El verano es una fecha mágica para crecer y volar. Lisboa, el tranvía, la playa, los trenes y la música me han llenado de una manera que no sé transmitir a través de las palabras. Conciertos, magia, amigos y Heineken como protagonistas. Ser vampiros durante una semana, salir de la oscuridad de la noche para toparse con el brillante sol de Portugal. Emoción con Mumford and Sons. Un Robert Smith para mí sola. El barrio alto y su magia.
No podría dejar por el camino la Torre Eiffel, Abesses, el Sena o el fin de semana fugaz en Paris.
Me gradué, dije adiós a personas importantes para mí, comprendí que el silencio es una maravilla de la naturaleza con la que los humanos se comunican de una manera perfecta, comprendí el significado de la amistad. Me uní más a mi familia, y creo que por fin me deshice de los recuerdos del pasado que me atormentaban.Mi jerarquía de valores ha adquirido una posición totalmente diferente.
Al fin y al cabo, abrí los ojos, POR FIN.
oh dios me acabo de topar con esto! que maravilla de verano pau, estos recuerdos seguro que harán mas llevadero este año! te quiero!
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