Me resulta demasiado difícil comprender el significado de los temores. Muchas veces me imagino que cada uno tiene el suyo y me recorren los escalofríos. Suelo pensar que somos ollas a presión y que al explotar al chocar con la máquina, salen a borbotones. La máquina es el alma, llamemósle aparato que los interpreta. Una vez llegan allí, no hay vía de escape, o mejor dicho, la hay y salen al exterior.
Mi exterior es a través de pequeños comedones en los brazos, fruto de no parar de pensar. A veces incluso se me cae el pelo. Me aterra imaginar qué será de mí.
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