lunes, 8 de junio de 2015

Frágiles

La desestabilidad a veces ayuda a volver a mantener la calma. Muchas veces necesito volver a recomponerme, a base de sufrimiento y dolor. Pero nunca de forma dramática, me gusta recomponerme disfrutando del proceso, sabiendo que puedo empezar de cero. Otra vez a pulirme, a aprender, a quejarme, a disfrutar. A VIVIR.
A veces te echo de menos... si, tú. Esa persona a día de hoy inexistente en mi vida, que ocupaste tanto tiempo en ella y poco a poco fuiste desprediéndote de mí. Me acuerdo que al principio, las tiras de piel dolían, nos habíamos abrasado de tanto quererte. Poco a poco, la piel cicatrizó, formando dos entes separados, conectados por un mundo interior muy oscuro, pero a su vez, muy igual. Nos quisimos con locura, sé que aún me quieres, aunque te cueste reconocerlo y tapes todos esos agujeros de luz.
 Tú y yo fuimos una única persona. Pero como siempre, que todo el mundo gana o pierde algo, en este caso, primero perdí yo, y luego tú.
Tú que me utilizabas como tu escudo, como tu pañuelo de lágrimas. Yo, que te utilizaba para cuidarte, quererte y secarte la fragilidad.
Nos quisimos muchísimo.
Nunca con palabras, sólo un espejismo de ellas, soñando cada letra. Intenté anotarlas con cada beso, con cada caricia. Me acercaba a tí para olerte, intentaba escuchar tus latidos por si hubiera alguno que consiguiera darme respuestas. Después de pintar nuestro amor, todo se fue a la mierda. Intenté pedirte explicaciones, y cada vez estabas más lejos. Lejos de mi mundo, donde me tiré tanto tiempo en la oscuridad, esperando a que encendieras una vela y me arroparas.
todavía recuerdo el momento en que te conocí, cómo me besaste por primera vez... tu olor. Ay, tu olor... El mío te gustaba y nos acariciabamos el cuello para recordar las gotas de nuestra esencia. Tus manos...
Te estuve esperando tanto tiempo, que ahora imagino que todo me lo inventé. No podías ser tan perfecto como para ser real. Me hiciste polvo, nunca me dijiste nada, tuve que sobreentenderlo todo.
Y al final, la luz se apagó. Y de ahí la magia.
Y cerré la página pero me acuerdo de lo que hiciste sentir y cada vez lo veo más lejos y más irreal.