miércoles, 15 de enero de 2014

Las ventosas

La pureza de un cuerpo frente al otro; sin nada que temer, sin nada de lo que avergonzarse. Todo el cuerpo se dispara para perderse en el del otro, para caerse, arrugar los músculos, sentir los poros dilatarse y dejar paso a la piel gallina. Como si por un momento latieras con el corazón del otro, sintieras por él, murieras por él. Como cuando besas sin mesura y te conviertes en algo salvaje. Eso para mí es querer.

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