lunes, 24 de agosto de 2015

Es la capacidad humana para pisar el corazón del otro de manera consciente, solo para la obtención de beneficios personales. Me hallo sumida en una investigación de dicha actuación egoísta, aunque años y meses atrás la sufriera yo misma. Me encuentro intentando comprenderla para así aconsejar mejor a los pacientes. Por lo que, es mejor que no intentéis practicarlo conmigo, pues soy el evaluador y no puedo ser subjetiva (me tomo mi trabajo muy en serio).
Dejemos los sentimientos al margen.

jueves, 6 de agosto de 2015

Hablar en pasado para hacer menos dañino el presente

lunes, 3 de agosto de 2015

Y si alguna vez había olvidado mencionarlo, me mantuve muchos días en la oscuridad. Siempre guardando mi corazón para ocasiones especiales. Lo he conservado al vacío. Las únicas veces que lo he desenvasado, se ha desprendido parte del mismo, así que ahora es muy difícil devolverle la presión y humedad que necesita. Y lo peor, es que mi corazón no quiere confiar en nadie más.

jueves, 30 de julio de 2015

A veces no da tiempo a saborear los momentos cuando suceden; y nos pasamos los días siguientes intentando atraparlos con fuerza, para jamás dejarlos escapar.
Y aquí me encuentro, depresión postvacacional, demasiado tiempo y poco que hacer.
Es en estos momentos en los que me doy cuenta de lo que me gusta hacer cosas y carecer de (demasiado) tiempo libre. Porque me paso estas horas muertas lloriqueando por las esquinas y odiando la libertad.

lunes, 8 de junio de 2015

Frágiles

La desestabilidad a veces ayuda a volver a mantener la calma. Muchas veces necesito volver a recomponerme, a base de sufrimiento y dolor. Pero nunca de forma dramática, me gusta recomponerme disfrutando del proceso, sabiendo que puedo empezar de cero. Otra vez a pulirme, a aprender, a quejarme, a disfrutar. A VIVIR.
A veces te echo de menos... si, tú. Esa persona a día de hoy inexistente en mi vida, que ocupaste tanto tiempo en ella y poco a poco fuiste desprediéndote de mí. Me acuerdo que al principio, las tiras de piel dolían, nos habíamos abrasado de tanto quererte. Poco a poco, la piel cicatrizó, formando dos entes separados, conectados por un mundo interior muy oscuro, pero a su vez, muy igual. Nos quisimos con locura, sé que aún me quieres, aunque te cueste reconocerlo y tapes todos esos agujeros de luz.
 Tú y yo fuimos una única persona. Pero como siempre, que todo el mundo gana o pierde algo, en este caso, primero perdí yo, y luego tú.
Tú que me utilizabas como tu escudo, como tu pañuelo de lágrimas. Yo, que te utilizaba para cuidarte, quererte y secarte la fragilidad.
Nos quisimos muchísimo.
Nunca con palabras, sólo un espejismo de ellas, soñando cada letra. Intenté anotarlas con cada beso, con cada caricia. Me acercaba a tí para olerte, intentaba escuchar tus latidos por si hubiera alguno que consiguiera darme respuestas. Después de pintar nuestro amor, todo se fue a la mierda. Intenté pedirte explicaciones, y cada vez estabas más lejos. Lejos de mi mundo, donde me tiré tanto tiempo en la oscuridad, esperando a que encendieras una vela y me arroparas.
todavía recuerdo el momento en que te conocí, cómo me besaste por primera vez... tu olor. Ay, tu olor... El mío te gustaba y nos acariciabamos el cuello para recordar las gotas de nuestra esencia. Tus manos...
Te estuve esperando tanto tiempo, que ahora imagino que todo me lo inventé. No podías ser tan perfecto como para ser real. Me hiciste polvo, nunca me dijiste nada, tuve que sobreentenderlo todo.
Y al final, la luz se apagó. Y de ahí la magia.
Y cerré la página pero me acuerdo de lo que hiciste sentir y cada vez lo veo más lejos y más irreal.

viernes, 29 de mayo de 2015

Muchas veces me "identifico" con algunas de las historias que me cuentan los pacientes, tanto que he empezado a crear una cámara acorazada de mis sentimientos. Cuando les ayudo, reprimo mi interior, pero no de una forma fría, sino intentando relucir al máximo mi parte "racional" y dejando un minúsculo espacio para identificarme con ellos. Es un proceso doloroso para mí, yo que soy tan de sacarlo todo a borbotones. Pero creo que me gusta, porque me estoy puliendo.
Por otro lado, siento que estoy llevando a cabo un proceso personal, a medida que voy viendo cómo se deshacen los nudos de los demás. Me implico, pero nunca lo suficiente como para entristecerme cuando tocan mis fibras ( que son muchas); les cuido, pero nunca lo suficiente como para que dependan de mí. Les digo cosas que no les gustan y otras con las que sonríen. Me gusta poder establecer este tipo de relación con las personas, porque poco a poco noto como el vacío se ocupa con significados. Todo el mundo es tan diferente...Me encanta el proceso.

sábado, 23 de mayo de 2015

Adiós

¿Cómo has tenido valor de hacer una canción de amor? El ruido del adiós revienta en mis oídos... ¡qué alguien detenga tus latidos! Dedícame mi canción de despedida...